
María Rebeca Guerra, presidenta del primer Sindicato de Encarnadoras de San Antonio
Financiado por FFMCS 2024
Señora María Rebeca, hablando un poco de la dirigencia y lo que significa ser dirigente de un gremio tan difícil y sacrificado como es el del mar. Usted formó varios sindicatos de encarnadoras, que estaban compuestos por esposas, hijas y familiares de pescadores artesanales.
Hablemos un poco de eso. ¿Cómo nació la idea? ¿Qué tan difícil fue? ¿Hubo competencia con los gremios de hombres? ¿Hubo ayuda o desprecio?
La primera vez que nos formalizamos como sindicato de encarnadoras estuvimos trabajando de forma informal. Recuerdo que vino una señora, que se llamaba Dona Valenzuela, y nos dijo que podíamos formar una agrupación de encarnadoras. Y yo dije:
«Está bien, formemos un sindicato de encarnadoras». Las mujeres, porque en ese tiempo, como mujeres de pescadores artesanales, no teníamos ni 100 pesos para mandar a nuestros hijos al colegio. Así que lo formamos, y fue el primer sindicato a nivel nacional que se formó de mujeres en la pesca artesanal.
¿De qué fecha estamos hablando?
A ver… mi hijo más chico estaba recién nacido, y ahora tiene 24 años. Entonces, eso fue hace más de 20 años cuando formamos el primer sindicato.
¿Cuántas mujeres integraban el sindicato?
Lo integraron como 30 mujeres y lo llamamos al sindicato “El Coral”, y trabajábamos bajo condiciones muy duras a la intemperie. A veces nos tocaba encarnar a las 3 o 4 de la mañana, bajo la lluvia y el frío. Sin embargo, logramos sacar adelante varios proyectos. Cada mujer tenía su patio encarnador en su casa. Había dos tipos de encarnadoras: las de casa y las de playa. Así que nos mutuamente para postular a proyectos para ayudar a nuestros hijos y mejorar nuestras casas.
¿Cómo les afectó la ley de pesca?
La ley de pesca, en lugar de ayudarnos, nos empobreció más.
Nos perjudicó a nosotras y a nuestros esposos. Fue un tiempo muy difícil.
¿Cuánto tiempo duró ese sindicato?
Ni me acuerdo… Diría que unos 10 años.
Después formamos otro sindicato femenino, y con el tiempo se formó la federación de encarnadoras. Había sindicatos en distintas zonas, como en la 30 de Marzo, Bellavista y en otros lugares. Con la federación, postulamos a más proyectos de gobierno. Logramos obtener un espacio en Pelancura para trabajar, con oficinas y una guardería para los hijos de las encarnadoras.
Usted me mencionaba que uno de los grandes aliados de su dirigencia fue el diputado Samuel Venegas.
Sí, don Samuel Venegas siempre estuvo a nuestro lado, apoyándonos en todos los proyectos. Siempre nos respaldaba, incluso en el Congreso. Gracias a él, las encarnadoras tuvieron una voz.
¿Cómo les fue a ustedes con las autoridades? ¿Las trataron de igual forma que a los hombres?
Al principio, había cierto rechazo ya que no había información de las mujeres en la pesca artesanal. Pero después, con el tiempo tuvimos mucho apoyo de diferentes entidades como la Subsecretaría de Pesca, Ministerio de Educación, la Ministra de Bienes Nacionales para las casas, y otros apoyos cuando se dio a conocer el rol de las mujeres en la pesca.
Señora María Rebeca, desde el tiempo de su dirigencia hasta el día de hoy, ¿cómo ve la equidad de género? ¿Le costó mucho empoderarse en aquella época?
Sí, costó bastante. En ese tiempo, ser dueña de casa hacía todo más difícil: teníamos que hacer trámites, cuidar a los hijos, y además los maridos eran muy machistas.
Ahora es todo más relajado y tranquilo. En nuestros tiempos fue muy complicado. Hoy en día, el trabajo de la mujer se reconoce mucho más rápidamente. En ese entonces, tuvimos que luchar mucho para que nos reconocieran como mujeres de la pesca artesanal a nivel nacional. Además, habían varias mujeres que salían a la mar en distintos lados de Chile.
Se podría decir que las mujeres en la pesca fueron invisibilizadas hasta que ustedes aparecieron.
Exactamente. Hasta que nosotras aparecimos y formamos el primer sindicato de encarnadoras. Después de eso, se empezaron a formar sindicatos en otras partes, como en Placilla, Bellavista y Las Lomas. Pero antes de eso, aunque las mujeres siempre han estado en la pesca, no se nos veía ni reconocía. Tuve familiares que siempre han sido del mundo de la pesca, desde hace muchos años que las mujeres trabajaban encarnando.
¿Existen pescadoras artesanales que salgan al mar en la actualidad?
Sí, la única mujer que conozco en San Antonio que sale al mar es Rosita Pele. También he escuchado que se formó un sindicato de mariscadoras hace un par de años en El Tabo, que están confeccionando productos artesanales relacionados con el mar.
¿Considera volver a la dirigencia?
A veces me dan ganas, pero no lo sé. Si volviera, me gustaría trabajar en proyectos que agreguen valor a los productos de la pesca artesanal, como darle más productividad a lo que hacemos. En el pasado ganamos proyectos importantes para los pescadores como la confección de espineles que vendíamos a los mismos pescadores, pero ahora ya no estoy tan involucrada.
¿Qué mensaje le enviaría a las mujeres de San Antonio sobre lo que ha significado pertenecer a un sindicato de encarnadoras?
El sindicato fue una salvación para muchas. Cuando empezamos, ni siquiera teníamos dinero para los gastos básicos. Pero una vez que comenzamos a trabajar en el sindicato, las cosas cambiaron. Ya no nos cortaban la luz ni el agua, y pudimos darle una mejor vida a nuestros hijos. Aunque después de la ley de pesca, muchas cosas se dificultaron nuevamente, ser parte del sindicato cambió nuestras vidas.
Usted mencionó que la ley de pesca empobreció a muchas personas, ¿podría explicarlo?
La ley de pesca empobreció a toda la
comunidad. Los hombres ya no salían a pescar y fuimos bajando poco a poco nuestros ingresos. Quienes hacen estas leyes no entienden el trabajo en el mar y nunca se han subido a una lancha ni salido a la mar en su vida. Los pescadores son muchos: el que pesca, el que recolecta, la que encarna, y más. Son familias enteras que dependen del mar. La ley de pesca acabó con muchas de esas oportunidades. Pero sí le doy las gracias a don Samuel Venegas ya que fue él quien más nos ayudó, nos llevó al Congreso a visibilizar la vida de las mujeres en la pesca artesanal.
Voy a tratar de ingresar a una agrupación de las mujeres relacionadas con la pesca artesanal que se formó y veré en qué se va a trabajar y tratar de mejorar las cosas en San Antonio.


