María Elena Rojas -»Nena» – recuerda el tiempo en que dirigía en San Antonio el Sindicato de Encarnadoras «Estrellita de Mar»

Entrevista a María Elena Rojas Gutiérrez – conocida popularmente como «Nena» – Encarnadora y ex dirigente sindical de San Antonio

Señora María Elena, ¿la crisis que enfrentaron fue causada por la nueva Ley de Pesca?
Sí; fue una Ley de Pesca mal hecha.

¿Desde el año 2000 en adelante?
Sí, más o menos desde esa época.

¿Samuel Venegas también estuvo involucrado en esos años?
Sí, él estuvo involucrado, pero cuando comenzamos a organizarnos, el primer sindicato fue dirigido por Rebeca Guerra. Después, recibimos la visita de una chica de CONAPACH, y organizamos una reunión. Algunos sindicatos se unieron, mientras otros se retiraron. CONAPACH nos sacó de San Antonio y nos llevó a lugares como Antofagasta y Chiloé para darnos a conocer a nivel nacional, porque hasta ese momento, solo se conocía el primer sindicato de encarnadoras que lideraba Rebeca, en Las Cruces.

¿Qué significó que se unieran todos los sindicatos? ¿Cuántas encarnadoras había?
En la comuna de San Antonio éramos 800 mujeres encarnadoras, organizadas en 6 sindicatos. Había más mujeres que trabajaban encarnando, pero no estaban formalmente organizadas.

¿La autoridad conocía este número?
Sí, lo conocieron en el Congreso. Tuvimos reuniones con la Ministra de la Mujer, y nos conocían a nivel ministerial. Hicimos protestas en Valparaíso, una de ellas el 21 de mayo. Aunque legalmente no estábamos reconocidas, sabían de nuestra existencia.

¿Su sindicato, Encarnadoras Estrellita de Mar, también era conocido y estaba bien constituido?
Sí, estaba bien constituido y era conocido. Fuimos a Antofagasta y nos reunimos con mujeres de todo el país. Conocí la realidad de muchas mujeres de la pesca, desde el sur hasta el norte. No sabía que existíamos como un grupo organizado hasta ese momento.

¿Qué significó para la economía local y familiar la existencia de estos sindicatos de encarnadoras?
Fue muy importante porque nosotras recibíamos nuestro pago todos los días. No teníamos que pedir fiado en las tiendas; podíamos pagar lo que necesitábamos y sustentar a nuestras familias. Muchas mujeres lograron sacar a sus hijos adelante, incluso los llevaron a ser profesionales gracias al trabajo de encarnar. Pero cuando salió la nueva Ley de Pesca, todo cambió, y el comercio local también se vio muy perjudicado.

¿La nueva Ley de Pesca solo les dejó el 20% de captura?
Sí, en ese momento, los pescadores artesanales recibieron solo el 20% como cuota de pesca. Ahora tienen el 40%, pero todo ha subido: la bencina, los canales. A nosotras también nos tendrían que pagar, pero no lo hacen porque ya no traen pescado.

¿Cuánto ganaban en esos tiempos?
En ese tiempo, ganábamos alrededor de $5,000 por red. Ahora, deberían pagar alrededor de $10,000 por cajón. Un espinel tiene mil anzuelos, y si el pescador sale con 5 espineles, serían $50,000. Pero como la pesca está mal, ya no les conviene salir.

En el mejor momento de los sindicatos de encarnadoras, ¿qué impacto tuvo la pesca artesanal en San Antonio?
La pesca artesanal movía todo el comercio local, desde los pequeños comercios hasta las tiendas más grandes. Si la pesca artesanal volviera, no habría la pobreza que hay hoy en día. San Antonio dependía del puerto y de la pesca artesanal; no había otra actividad.

¿Qué significó que las mujeres entraran en un mundo tradicionalmente de hombres?
Para nosotras fue desconocido al principio. Yo lo hice por necesidad, porque mi marido estaba sin trabajo. Una vecina me enseñó a encarnar, y aunque me costó aprender, lo logré. Fue una forma de salir adelante. Aunque a veces a los pescadores les iba mal, siempre terminaban pagándonos, y eso nos permitía comprar lo necesario para nuestras familias.

Hablando de la nueva agrupación que están formando, ¿cree que el número de mujeres ha disminuido o va a aumentar?
Ha disminuido porque algunas mujeres no ven los beneficios de integrar un sindicato. Preguntan: «¿Para qué?». Muchas ya no quieren integrarse.

¿Cree que está en condiciones de tomar la presidencia de esta nueva agrupación?
Creo que es mejor darle paso a otra
persona… pero puedo ayudar. No tengo
problema en asesorar y apoyar.

¿Y qué pasó con la cooperativa que mencionó?
La dejamos de lado. Todos dejamos de lado esas iniciativas porque ya no había trabajo. No tenía sentido seguir adelante con un sindicato si ya no había pesca.

¿Sintió alguna vez discriminación en este mundo dominado por hombres?
No, nunca sentí discriminación. Si había diferencias con alguna compañera, las arreglábamos. Con los hombres no teníamos mucho contacto, solo tratábamos con el jefe del bote.

Mencionó también que hicieron una obra de teatro. ¿Cuándo fue eso?
Sí, hicimos una obra de teatro en 2007 o 2008, no recuerdo exactamente. La presentamos en San Antonio, en el Centro Cultural de Llo-Lleo, y también en Casablanca y Valparaíso. Nos invitaron a Santiago, al teatro de Alejandro Bullón, y la presentamos allá. La obra se llamaba Encarnación de la Abundancia y trataba sobre nuestra realidad como encarnadoras.

¿Cómo fue la recepción?
Fue increíble. Estaba lleno en cada presentación. Los estudiantes de teatro nos felicitaban, nos decían: «¿Estudiaron teatro?». Pero no, simplemente lo hicimos. Mostramos nuestra realidad con botes y espineles en el escenario. Fue una gran experiencia.

¿Cuándo dejaron definitivamente de trabajar en la pesca?
Fue alrededor de 2011 o 2012. Dejamos de estar activas porque ya no había trabajo. Los pescadores dejaron de salir con espineles, y nos quedamos con los brazos cruzados. Sin pesca, no había razón para mantener el sindicato.

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