
Por: Barinia Montoya
Publicado: 09.11.2021
Diversas han sido las reacciones que ha generado el rechazo, por parte del Ministerio de Medio Ambiente, a la petición de declarar Humedal Urbano a las Lagunas de Llolleo, también conocidas como Ojos de Mar. Para muchos la no declaratoria deja entrever el débil liderazgo político de dicho ministerio. Para todos, en cambio, es sinónimo de avance hacia la puesta en marcha del controvertido Proyecto Puerto Exterior de la Empresa Portuaria de San Antonio (EPSA).
El 24 de septiembre pasado, el Ministerio de Medio Ambiente (MMA) resolvió rechazar la solicitud presentada por la Municipalidad de San Antonio para declarar Humedal Urbano las Lagunas de Llolleo Ojos de Mar.
Sobre los argumentos que pesaron en el rechazo, la vocería del MMA, ante las consultas realizadas por Revista Freelance, explica que “no se declaró el sector como Humedal Urbano, considerando los antecedentes del expediente, particularmente lo informado por los Ministerios competentes en infraestructura portuaria y planificación territorial, en cuanto a la destinación del recinto portuario y su sujeción a una regulación especial previa”. Dicha regulación es la Ley 19.542, que moderniza el sector portuario estatal, también conocida como Ley de Puertos, que establece una regulación jurídica especial en dependencias del recinto portuario, por lo que no es posible su declaratoria como Humedal Urbano a pesar de que Ojos de Mar cumple con todas las condiciones estipuladas por la Ley 21.202 de Humedales Urbanos para ser catalogado como tal.
De acuerdo a lo que se lee en el oficio expedido por el MMA que resuelve la solicitud de reconocimiento de Humedal Urbano a Ojos de Mar, esta ley “sería de carácter especial frente a la Ley 21.202, por lo tanto, la aplicación directa de esta última sería contraria al principio de especialidad y no sería aplicable en este caso”, pese a que la Ley de Humedales Urbanos se propone modificar diversos cuerpos legales con el objetivo, precisamente, de proteger los humedales urbanos.
La vocería del MMA, además, aclara que la negativa estuvo mediada por la voluntad de los Ministerios
de Transporte y Medio Ambiente, más EPSA, para adaptar el diseño del proyecto de ampliación del puerto de San Antonio y así lograr que se conserven los ecosistemas, “convirtiéndose en un gran ejemplo de desarrollo sostenible”.
De hecho, la resolución expresa que “mediante carta N° 525 del 22 de septiembre de 2021, dicha empresa informó a este Ministerio que, por unanimidad de los miembros de su directorio, se acuerda incluir en la Adenda que se presente al Servicio de Evaluación Ambiental en respuesta al primer Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (ICSARA), la adaptación del Proyecto de Puerto Exterior (PPE) en orden a mantener las lagunas existentes, las que no requerirán en consecuencia de compensación ambiental”.
Para el MMA “es una prioridad el resguardo de las Lagunas de Llolleo Ojos de Mar y su biodiversidad, lo que también ha sido un gran anhelo de la comunidad de San Antonio”. En ese sentido, el MMA declara que “la mejor forma que encontramos para proteger los espejos de agua fue realizar un trabajo con todos los actores involucrados para mantener las lagunas. (…) Esto constituye un avance muy importante para la comunidad de San Antonio, ya que las familias de la zona han sido quienes han preservado estas lagunas durante años y hoy vemos que esto seguirá siendo posible, y podremos compatibilizar el necesario crecimiento del puerto con el cuidado de los humedales y las lagunas que lo comprometen”.
La medida, sin embargo, no convence ni genera consenso. Y el dictamen tampoco. Milko Caracciolo, concejal de San Antonio, dice en conversación con Revista Freelance, que la decisión tiene un sentido político, mercantil y neoliberal. “La institucionalidad se pone a disposición de estos intereses por sobre la preservación de la flora, fauna y las vidas humanas”, afirma.
Por su parte, Diego Luna Quevedo, Especialista en Conservación de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP), señaló que se trata de la primera solicitud rechazada desde la puesta en marcha de la Ley de Humedales Urbanos -noviembre 2020-, “donde pesó más la férrea oposición de EPSA y las presiones políticas del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) que los argumentos técnicos esgrimidos por el Ministerio de Medio Ambiente”.
Para Luna, la resolución adoptada se basa sustancialmente en un informe técnico-jurídico que es un «traje
a la medida» de EPSA, en donde “todos y cada uno de los argumentos son rebatibles”, y que además dicho informe “fue ingresado al proceso fuera de plazo, por lo cual y por motivos solo de forma, la resolución debiera ser invalidada”. Luna hace referencia a que el informe de la empresa, “a propósito de los efectos de una eventual declaratoria atendido el régimen jurídico especial aplicable al recinto portuario” -según consta en la resolución-, fue presentado el 10 de agosto, siendo que el plazo legal para que el MMA se pronunciase vencía el 26 de julio, pero que luego fue extendido al 26 de septiembre, en virtud de la Resolución N°760, aparentemente por una solicitud de último momento por parte del MTT.
Para el especialista, “el rechazo a la declaración de Humedal Urbano para Ojos de Mar genera un negativo precedente para la aplicación de la Ley 21.202 al considerar que otras leyes están por sobre la Ley de Humedales Urbanos y su objeto”, dice.
“Es evidente la influencia que ejerció EPSA ante el MMA con su Informe en Derecho, pagado y ejecutado por la propia empresa” -documento elaborado por el Doctor en Derecho Luis Cordero Vega, quien fuera coordinador de la Reforma a la Institucionalidad Ambiental, que se traduciría en la Ley 20.447 que creó el MMA, el Servicio de Evaluación Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente, además de haber sido asesor del Congreso en el proyecto de Tribunales Ambientales-, afirma Valentina Riquelme, concejala y Presidenta de la Comisión del Medio Ambiente de la Municipalidad de San Antonio. Para Luna, en tanto, la molestia en este caso es “que el MMA no ha tenido el liderazgo político necesario para aplicar la ley”, hecho que Lily Plaza, integrante de la Organización Ambiental Ojos de Mar, califica como “un acto vergonzoso”.
Pero ¿por qué este rechazo ha generado tantos roces entre la sociedad civil, EPSA y el MMA? En parte porque la batalla es una más, pero no menor, dentro del conflicto que enfrenta la expansión del puerto con los ecosistemas que abarca la desembocadura del río Maipo.
Ivo Tejeda, Director Ejecutivo de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC),
señala que la desembocadura del río Maipo, que considera a Ojos de Mar, sus dunas, al Santuario de la Naturaleza Río Maipo -ubicado en la ribera norte del río- y al Parque Humedal Río Maipo -ubicado en el límite sur-, representa un lugar privilegiado para las aves de la zona central. De hecho, para BirdLife International, el sector conforma el denominado polígono de Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICAIBA). “Es uno de los sitios con mayor diversidad de aves que uno puede encontrar en Chile; hay aves que utilizan el hábitat de las lagunas, de las dunas, matorrales y playas”, por lo cual es esencial entender que toda esa zona constituye un ecosistema completo y “no son espacios separados”, aclara Tejeda.
Ojos de Mar está compuesto por dos lagunas mayores y una menor. El sitio es hogar del Cisne Coscoroba (Coscoroba coscoroba), el Pato Cuchara (Spatula platalea) y el Cisne de Cuello Negro (Cygnus melancoryphus), entre otras 105 especies de aves registradas, correspondientes al 23% de las aves presentes en el país. Pero, además, el lugar es un importante humedal, accidentes geográficos que, según organizaciones como la Convención Ramsar, son los sumideros de carbono más efectivos del planeta, y la primera barrera de defensa ante desastres naturales causados por fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y marejadas, por su capacidad para regular los ciclos del agua.
Por ello, en enero de 2021, la Municipalidad de San Antonio solicitó al MMA declarar Ojos de Mar como Humedal Urbano, ya que al estar emplazado al interior de dependencias del recinto portuario, su situación es crítica ante la inminente ampliación que EPSA planea realizar bajo el proyecto Puerto Exterior.
De acuerdo con la última versión del ranking de puertos elaborado anualmente por la CEPAL, el puerto de San Antonio es el noveno que más carga mueve en Latinoamérica, y representa el 46% de la transferencia de carga total a nivel nacional. Tal es la importancia de este enclave marítimo que desde hace varios años que EPSA trabaja en la expansión del puerto.
Según Patricio del Fierro, Subgerente de Medio Ambiente de EPSA, el proyecto, cuya inversión total estimada es de US$3.500 millones, asegurará la operación portuaria necesaria “para los próximos 100 años que requiere el país”. La mega expansión permitirá recibir naves portacontenedores de 400 metros de largo, “las que en la actualidad no pueden atracar en ningún puerto del país, además, de permitir abordar la demanda del mercado mundial”, precisa Del Fierro.