
Escribe: Aldo Calderón Navarro
El 6 de Febrero se convertirá en una efemérides trágica para nuestro país.
Como todos saben, fallece Sebastián Piñera Echenique en un accidente donde pilotando su helicóptero, capota por causas que se investigan, en el Lago Ranco, sur del país.
En mayo de 1931 había fallecido otro presidente, Emiliano Figueroa Larrain, en un accidente automovilístico cuando se dirigía a celebrar su cumpleaños; hubo muertos y heridos, peatones ayudaron a sacar a los accidentados desde los fierros.
Recuerdo el año 1989 cuando aparece la figura de este joven candidato por la importante Senatoria Santiago Oriente compitiendo por el cupo con un duro y poderoso actor de la Derecha Política; Hermogénes Pérez de Arce.
Finalmente ganó en las urnas. Eran los noventa y el pacto de gobernabilidad entre la recién gobernante Concertación y la Derecha empezaba, en el apogeo que duró treinta años, con una Democracia frágil, con Pinochet, Comandante en Jefe, Senadores designados, una Iglesia Católica poderosa, censuradora y moralista, aparatos de seguridad de la Dictadura actuando en labores de «Inteligencia». Militares beligerantes. La figura renovadora de Piñera, Matthei y Espina, sumada a la de Allamand, que tenia trayectoria y más «espaldas» en la actividad política, entregaron una brisa fresca, entre figuras como Sergio Onofre Jarpa, Jaime Guzmán Errázurriz y ministros de la Dictadura. No por nada se les apodó «La Patrulla Juvenil «, y eran invitados a estelares de televisión, teletones y demáses.
Venía con la impronta de haber votado No en el plebiscito del año 1988; le dijo que No a Augusto Pinochet Ugarte, como el 55 % de los chilenos; en esos tiempos era algo bastante llamativo. Provenía de una familia democratacristiana, su padre había sido amigo y estrecho colaborador del Presidente Eduardo Frei Montalva, incluso fue embajador de Chile en los EEUU. Piñera siempre quiso ser candidato a la presidencia del país, estuvo en conversaciones con la Democracia Cristiana, pero este Partido Político no servía para sus aspiraciones, su carácter orgánico imposibilitaba una decisión rápida y debía dar una vuelta larga.
Apoyó al ex ministro pinochetista Hernán Buchi Buc en la elección de 1989, la que finalmente gana Patricio Aylwin Azócar. Se destacó en el Senado y en la prensa, sus viajes con sus amigos a ver partidos de fútbol, Allamand era un habitué.
Sucede lo de «la radio Kioto» , cuando el empresario Ricardo Claro Valdés en un programa de televisión da a conocer una grabación donde Piñera trama una operación política para perjudicar las opciones presidenciales de una joven y pujante Evelyn Matthei Fornet. Es una bomba que estalló y quedó en el inconsciente colectivo.
Su principal enemigo por esos años y en los siguientes es la UDI, que buscaba poner a su figura, Joaquín Lavín Infante en la primera magistratura de la Nación, estuvo a 30.000 votos el año 2000, «pisando la cola», hasta hacía poco, a un segurísimo Ricardo Lagos Escobar.
Esta crónica está lejos de ser una cronología, son más bien fotografías sacadas en una ̈Polaroid, desde la inmediatez de los hechos y los caprichos de la memoria.
Unos de los capítulos más negros es el desfalco, robo o estafa al desaparecido Banco de Talca, que tiene una arista en San Antonio; en entrevista a la ex ministra de Justicia, Mónica Madariaga, Gutiérrez, ya fallecida, realizada por el periodista sanantonino Luis Valderas Valderas en Canal 2, en calle Patria, Barrancas; la abogada señala que tuvo que intervenir en ese caso en favor de Piñera; salvarlo de la cárcel.
En estos momentos donde la palabra que más he escuchado ha sido «legado», escribo esto alejado del «chaqueteo», sin resentimientos, pero, cómo dijo alguna vez el vocalista del grupo de Rock Nacional «Los Prisioneros», Jorge González: «No hay que mirar en menos el resentimiento».